Sábado 10℃, hoy vamos de "grocery shopping" al famoso, minusculo y barato Supermarche PA. El camino de 20 minutos para llegar es bastante agradable, pasamos por museos, iglesias y casas pintorescas.
Aunque cada fin de semana vamos, Arturo nunca esta preparado para tal faena. Desde que llegas tienes que esperar a que alguien desocupe un carrito y pelear por el, ya llevamos lista en mano y conocemos el orden de los reducidos pasillos; imaginen una bodega del tamaño de una cancha de basquetbol con aproximadamente 128 personas adentro haciendo sus compras, mas filas de 8 o 9 personas en las 8 cajas que hay para pagar. Es importante mencionar que las filas se hacen literalmente al lado de las frutas y verduras, entonces tienes que atravesarte entre las personas y sus carritos para poder agarrar las fresas, limones y demás; esto me toca a mi, Arturo se va directamente al fondo de la tienda por los abarrotes por que ya esta a punto de hiperventilar simplemente con pasar esta marabunta. Después se puede respirar un poco y hasta es gracioso escuchar a la gente discutir en casi todos los idiomas del mundo, hindus con chinos, clientes con dependientes, clientes con clientes, bebes desesperados en carreolas, viejitos en sillas de ruedas eléctricas amenazando con su bastón, etc...
Cuando al fin terminas sigue tratar de hacer fila, al lado de las lechugas, kiwis y cilantros, y por supuesto ahora estar del otro lado de la moneda y aguantar que la gente te pase la mano enfrente de la cara para escoger sus zanahorias. Después de todo la experiencia no es del todo mala, yo me divierto con tanto folklore, todo es muy fresco, hay buenos precios y sobre todo variedad, encuentras productos de todo tipo de cocina, incluso mexicana! y por solo $1.00 te lo llevan hasta la puerta de tu casa. Así que nuestro camino de regreso es igual de lindo y sin cargar bolsas.
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